jueves, noviembre 30, 2006

El acuse de tu ausencia

Con la mirada perdida en el horizonte decadente de un viaje, me tope con mis lágrimas que aquejan tu ausencia. Mientras mi mente es secuestrada por los recuerdos de un tiempo soñado, tu abres los ojos en un horizonte lejano con la esperanza de un nuevo comienzo y con la ilusión de un hermoso retoño. Retoño que me aleja día a día de ti, haciendo la función de una manibela que conforme avanza yo me alejo más y más. Caminos fantasmas que creyeron cruzarse, caminos fantasmas que acusan una mala jugada de los hilos del destino, y yo de iluso que creía que podía manejarlos a ellos y no ellos a mi. Tu retoño me visitó en sueños, me dió calma, me dió paz de saber que estarán bien las dos. Siento como si ella fuera también parte mía, o quizá simplemente es la ilusión de que así hubiera sido. Mi lugar siempre será este, lejos de ti, paralelo a ti. Dios sabe que moriré lejos de casa, pero así está trazado y ya entendí que ese es el camino a seguir, y si trato de evitarlo jamás llegaré a donde tengo que llegar. Al final del camino ten por seguro que lo primero que haré será buscarte, no tengo la esperanza de encontrarte pero al menos te buscaré como siempre lo hice solo para cuidarte.

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