Eran mis 17, 18 años. Ella tendría un año más. Compartíamos campus, eso era lo único que al principio teníamos en común, después coincidimos en lo patético que convertí la situación.
Un buen día, un amigo me habló de una niña, alguien que él sabía que me iba a encantar. La miramos de lejos, yo me decía "mmm, se ve interesante", quisiera conocerla... Nos topamos unas cuantas veces, el verla de cerca me provocó algo excepcional; tanto que las relaciones pseudoamorosas que tenía comenzaron a perder importancia.
Ella bajaba el corredor que conducía hacia las mesas donde usualmente se encontraba con sus amigos y su hermana. Yo simplemente miraba todo su recorrido, sus gestos, conocía su rutina.
Pasó el tiempo y no tardé en contarle a todos mis amigos sobre mi fascinación por ella. Tenía tanta luz en sus ojos... estilo en su forma de ser, una sonrisa que, sinceramente, hacía que se me olvidara todo (¡Y que finalmente, no iba dedicada a mi!).
Justifico un poco mi conducta: Era cierto que yo intentaba verla, pero mis amigos, ¡Qué amigos!, fomentaban cada segundo del asedio. Llegó un momento en que ellos me decían el lugar y la hora de encontrarla, preguntaban todos los días por ella, literalmente me empujaban para acercarme un poco más.
Fue entonces cuando decidí hablarle.
Nunca supe si fue pretexto o realidad, pero debía hacer un proyecto de "ella". Yo estaba de oyente en el taller de art in situ (gracias a mi amigo). No recuerdo exactamente lo que quería expresar, pero moría por tener un vínculo, más onírico que humano, con ella.
Procedí al ataque: Mientras ella pasaba caminando rápidamente, yo me paré en frente y la abordé. Sentí cómo la sangre recorría todo mi cuerpo. Le platiqué sobre "el proyecto", sacarle unas fotos, sin dar más detalles. Todo se me olvidó. Fue divertidísimo ver el ridículo que podía pasar. Ella, después de ofrecerme una mirada de extrañeza, aceptó. Quedamos en hacerlo al siguente día.Se sentó sin saber cómo posar. Era lo que menos me importaba, de todas formas iban a salir bien. Comencé a girar alrededor de ella, tomé unas cuantas fotos y le prometí que le regalaría una y así fue.
Hubieron varias demostraciones de mi devoción -asedio-, letreros de hojas secas, papeles de colores, que mejor no detallo. Finalmente, la hice llorar. ¿De desesperación? ¿De tristeza? Para "ser breve", me excedí demasiado. Cuando hice el intento de entregarle todas sus fotos y mandar todo al demonio, recibí una negativa, su indiferencia. Y bien merecido, una cachetada hubiera sido aún más justo.
Nunca encontré la forma de pedirle una disculpa, pensé que lo mejor para ella era no volver a mencionarla, ni con una mirada.
Pero si estás por ahí, te pido mis más sinceras disculpas.
Just 19 and sucker's dream I guess I thought you had the flavour
Just 19 and dream obscene with six months off for bad behaviour
Remember me...