viernes, septiembre 16, 2011

Se dice que el amor es eterno y afirmo una vez más que existe. No tiene un nombre, o quizá tiene uno eterno: ella. Pero ella es la única.
Quizá ella se sabría única entre tantas, quizá ellla sea celosa. Lo que importa es que ella se sienta tan única como en mi vida. Es importante que reconozca todos los ojos en que pude reflejarme y la razón por la que solamente en los suyo quise hacerlo. 

miércoles, septiembre 07, 2011

Caricias para dos

Se me entrega su sueño
como el mejor regalo,
se me dibuja su ausencia,
como la más dulce pausa,
de un destino no cierto,
de caricias tan ciertas.

Nada espero,
si no es de ella.
Me alarga el anhelo
juega con mi sueño.
A veces pieza de dos,
y otras tantas de tres.

Sin querer ofenderla
la he querido tanto,
entre el mal clima
y el genio,
entre la triste historia,
y el miedo.

Dulce, ha sido, pues,
su triste palabra vana.
Y apenas deja un suspiro,
tontos pretextos,
algunas malas formas,
como si bastaran para no quererla.

Caricias para dos,
en que me enreda el alma.
Ella transpira miedos,
mientras le pido tramas.
Le ofezco un poema,
o un remedo de ello.
Que si bien tiene miedo,
a mí me sobra la fuerza.

Mi cielo acaricia
y a veces en trizas termina,
me hace saber que era nada
mucho antes de su llegada.

Caricias para dos,
y unos versos perpetuos.
Que si te quiero, linda,
no sea la novedad,
es que conspira el tiempo
y es que a la oscuridad
siempre le gana el sueño.

viernes, septiembre 02, 2011

Mal momento de publicar, buen momento de encontrarte, bonita

Tres deseos pedía
y el destino me concedió uno
una mujer no fascinante,
sino tierna,
etérea,
mejor que eso.

Malsano mi carácter
de esperar inesperadamente
me regala unos minutos,
y al cabo se aleja.

De todas formas supuse,
debía ser ella,
con un poco de sonrisa
y un tanto en desamor.

Me dediqué a adivinarla,
 que si bella como es,
mucho dejaba imaginar.
Un par de trazos
y podía tener un defecto
un par de caricias
y con suerte una sonrisa.

Ella bonita, como siempre,
como la recuerdo
desde mis anhelos
ya más de 10 años
y me reclama;
poco lápiz, muchos besos.

Y así han partido
72 horas de no tenerla,
más de 4000 de no mirarla.
Pero la vida es larga
y cierta.
Si he de morir,
será después.
Será espués de verla.