martes, diciembre 20, 2011

Simplemente... chale

Llevo dos borradores. Aún no me animo a plublicarlos. Hay tanto en mi interior que no encuetra forma de ser expresado. Tantas ideas que se agolpan en mi cabeza una tras otra sin ningun sentido.

Una pelicula me conmueve hasta que logra sacar unas lagrimas. Todo parece ser que mi apuesta me costara caro. Mi hijo lo vale.

Ella decide evitarme... otra vez. Le gusta huir de nuestros problemas. Me preocupa mi hijo. Solo logra que la extrañe más a ella.

No me puedo rendir. Solo quisiera entender... mi propia decisión.

lunes, diciembre 12, 2011

Cuento

Mi tristeza es por añorar un futuro que no llegó, pero la apaga una sonrisa de un pasado que existe muy a pesar de cualquier futuro aplastante.
Ese pasado, que si bien no fue largo, me ofreció el beso más cálido y la noche más cierta de mi vida; eso que creció en una cima desde donde todo se veía pequeño (y desde entonces, todo fue pequeño para mí).
Fue entonces que, con amor de gigantes, aprendí a ver a través de los cuerpos y saborear en anonimato un sueño perfecto. Supe contraer mis entrañas si, insistente, una duda se esforzaba en robarme el sueño. Aprendí a mirarla mientras la besaba, más por memorizar el momento que por falta de fe.
Sí, fue poco el tiempo, mas no las caricias. Mi deseo podía en un segundo arrancarle las ropas y a mí la razón.  Sin importar dónde pasaban las noches, ella fluía a su antojo dentro mío, como si siempre hubiera sido así.
Su miedo infantil todavía me causa una sonrisa, cómo era posible algún día, dejarla con las manos vacías? Si a principio de cuentas, era ella quien las llenaba. Le advertí a tiempo el imposible, yo sería quien terminara un "te lo dije". Cual bulería me dijeron ten cuidado, que en su compás al salir de cacería terminas como presa.
En una danza de dos das el salto al vacío que se dice debe ser mutuo. Si al final hubo un paso atrás, agradezco por vez primera que haya sido una vez que me encontraba en el aire. Así, mi cautela ya no tenía espacio, y aún cuando sabía que podía hundirme en el vuelo, todas las fuerzas gastadas en el salto me dejaron con mi única decisión. Incapaz de oponer resistencia, ya no había momento para dudas. Y caí, y caigo todos los días, sin mayor intención de un rescate infructuoso. Así quiero seguir volando, que todo se vea pequeño desde el idilio que fue mío. Sé muy bien que en este viaje no encontré compañera, ¡pero vaya que encontré la vida!