jueves, enero 19, 2012

El amor de las novelas no es lo mío

El amor de las novelas no es lo mío. Amor de subasta, del mejor postor. De correspondencias, faltas y sobras, como si de la bolsa se tratara. Y no, nada tengo contra la oferta y la demanda, que sí tengo contra la falta de voluntad. Que si das un paso, yo doy el otro, entonces tú me das un beso y yo tengo que besar. Para merecerme, entonces, tendrías que aspirar mi locura, verte con mis ojos, medir y pagar el saldo pendiente. Consultamos cada día la paridad, para ver cómo amaneció la divisa hoy, que si yo tuve un gesto amable, tendrás que dar las gracias con más ganas. Y después de unas flores es requisito el "son hermosas", después de un buen sexo el "me encantas" y después del anillo el "te amo". ¿Cuántos se agradecerán por rosas, se encantarán por instinto y se casarán por no doler?
"Hoy amanecimos a 11.60, amor mío, échale ganas o te me vas a depreciar". Y ahí vamos con el trueque eterno, de yo te doy todo, y tú qué ofreces?
Entonces puedo suponer que si la demanda es lo que aprecia, deberíamos tener muchos amantes! Eso es amor del bueno.
No me sirve.
En cambio, me sirve no malbaratar mi afecto, no a quien se supone que sería más digno de tenerlo. Me sirve amar por el simple hecho de tener vida y querer usarla para ello, sin razones rebuscadas. Me sirve tener la dignidad de no amar en trueque ni subasta, de dar cuanto me plazca a quien mejor me parezca. Me sirve el verdadero libre mercado de dar porque me da la gana, y hoy resulta que me da.

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