Necio
el corazón loco
te busca.
Imprudente
estalla a momentos,
te encuentra.
Sin fe
ni crucifijos
se expande.
Presuntuoso acelera
con tu oído
en mi pecho.
Mi corazón en ti
y tú en mí.
Como demostrando al mundo
lo prohibido.
Tú en mi sexo,
yo en tus manos.
Tú eterna
en la punta de mi lengua
que por poesía o pasión
te recorre en palabras,
en besos,
en espasmos.
Yo me vuelvo caricia,
una daga
un grillete.
Te aprisiono
te pruebo
te escucho tan mía.
...
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